Ayer leía que el gigante Amazon abría el primer supermercado donde
no había que “pasar por caja”, sistema en que el dependiente
será sustituido por una aplicación y el dinero contante y sonante
por un código QR a ingresar, así todo muy virtual.
Solamente es un paso más en esa carrera de fondo cuya meta es
reemplazar al humano por un sistema robotizado, ya sabes, todo un
poco menos personal, seguimos la senda de las gasolineras sin
empleados, tiendas sin local, coches sin conductor y un largo
etcétera, las cosas cambian, por lo visto, dentro de poco, será
algo “normal” tener por pareja a un androide, la descendencia
será algo autómata (me imagino).
Antiguamente se decía: ¡que trabajen los romanos!, dicho que hemos
ido cambiando por el ¡que trabajen las máquinas!. ¿Para cuándo
las máquinas que paguen nuestras pensiones, sanidad y educación?.
Sé que no podemos ponerle puertas al campo, pero esto avanza a un
ritmo vertiginoso, ¿estamos preparados?.
Allá por el siglo pasado Charlton Heston protagonizó una película
visionaria, pero no acertó demasiado en sus pronósticos, pues
aquellos simios que nos iban a dominar en los tiempos futuros, en vez
de mandriles, parece que nuestros dominantes serán complejos
artilugios, probablemente algún día a ell@s se les cruce el cable,
cambien el chip y digan ¡que trabajen los humanos! y esa sea la
clave para llegar al codiciado pleno empleo.
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